Afrontar las rabietas

MANEJO RESPETUOSO DE LAS RABIETAS

 

Una consulta bastante habitual por parte de las madres y padres es "¿Qué le ha pasado a mi hijo al cumplir los 2 años?" "¿Le han activado un interruptor para que, de repente, responda a casi cualquier situación "liándola" con numeritos propios de una película de terror?" "¿Dónde ha ido el bebé dulce y tranquilo y quién es este niño al que casi no sé como controlar?"

 

Hablamos de los "terribles dos años" y de las agotadoras rabietas. Es un hecho que si eres madre o padre muy probablemente tendrás que lidiar con las rabietas en algún momento de la crianza de tu hijo o hija. 


Son difíciles (por no decir imposibles) de evitar ya que forman parte del desarrollo normal y saludable de nuestros hijos, así que en este post te vamos a dar algunas recomendaciones sobre como manejar esta situación (que no se suele alargar más allá de los 3 o 4 años de edad) de una manera respetuosa con sus necesidades, eficaz y que te permita reducir tus niveles de ansiedad.

Antes que nada es fundamental entender qué es una rabieta y porqué surge. Vamos a ponernos en situación: los niños de dos años ya no son bebés. Van ampliando su visión del mundo y de repente se dan cuenta de que ellos no son el centro del universo y que existen situaciones y personas fuera de sí mismos sobre los que no tienen ningún control. Además no disponen de conocimiento sobre sus propias emociones ni herramientas para manejar las mismas de una manera adecuada, por lo que la rabieta no es más que la expresión inadecuada (para los estándares del adulto) de una emoción o sensación. 

 

 

Entre los 2 y los 4 años los niños emplean lo que el filósofo y educador  Jean Piaget denominó pensamiento egocéntrico, el cual les dificulta ponerse en el lugar y entender las necesidades de los demás. A partir de los 4 años es cuando se empieza a desarrollar la empatía (la comprensión de los sentimientos y las necesidades de los otros) y la autorregulación. Uno los mitos frecuentes a la hora de abordar el tema de las rabietas en niños menores de 4-5 años es la idea de la manipulación. Pensar que el niño tiene una intención malévola de manipularnos cuando tiene una rabieta es un error. Simplemente no saben expresar sus emociones y su frustración de ninguna otra manera. Aquí es donde padres, madres y profesionales de la psicología entramos en juego, proporcionando a los niños soporte, comprensión y herramientas para manejar sus emociones.

 

¿Que podemos hacer para superar esta etapa sin perder los nervios?

Aquí tienes una serie de recomendaciones que esperamos te sean útiles

para ayudar a tu hijo a avanzar en su desarrollo:

  • Prevenir es fundamental: Como ya hemos comentado, los berrinches infantiles son parte normal del desarrollo pero podemos tratar de evitar "situaciones de riesgo" como alterar en exceso las rutinas de sueño o pasar por sitios problemáticos (la juguetería, la zona de chucherías en el súper) cuando notamos que el niño está irritable.
  • Estar atentos a las señales de que nuestro hijo está cansado, frustrado o irritado. Cada padre o madre es experto en sus propios hijos así que seguro que sabes mejor que nadie cuáles son las señales de que se avecina tormenta. No las ignores.
  • Respetar sus ritmos: Aunque parezca obvio, los niños no son adultos pequeños. Son niños y tienen ritmos y necesidades diferentes a las nuestras. Ser consciente de ésto nos puede ayudar a ser más respetuosos con las necesidades de los más pequeños y a llevar mejor los terribles dos años (por ejemplo, es normal que un niño se aburra si tiene que hacer cola en un banco durante media hora; esto debemos preveerlo y proporcionarle alternativas para que esta situación no desemboque en un estallido)
  • Enseñar a los niños vocabulario básico sobre las emociones: Ayudarles, en la medida de edad y de sus posibilidades, a entender y ponerle nombre a lo que sienten es fundamental para que poco a poco vayan siendo capaces de manejar sus emociones. Algunos recursos que te pueden ayudar a hacer ésto podrían ser los siguientes:
  1. EMOCIONARIO   Este libro nos permite trabajar con los más pequeños el conocimiento de las emociones. Podemos usarlo a modo de cuento (leérselo por las noches, por ejemplo) o emplearlo cuando veamos que puede ayudar (podríamos trabajar, por ejemplo, la tristeza o la frustración con ellos si vemos que el berrinche ha estado motivado por alguna de estas emociones que no se ha sabido expresar de forma correcta)
  2. EL MONSTRUO DE COLORES  Nos cuenta la historia de un monstruo bueno que tiene un gran lío con sus emociones. En la red encontras muchos tutoriales de actividades para hacer con los peques basados en este libro
  3. INSIDE OUT (PELICULA Y LIBRO JUEGO)   Aunque está pensado para niños algo más mayores tanto la película de Pixar como este libro juego, que contiene figuritas de las diferentes emociones son fantásticos para ir introduciendo a los más pequeños de la casa en la comprensión de las emociones.

 

  • Atiéndelo y consuélalo: Este es un punto que puede causar confusión ya que nos suelen decir que ignoremos las rabietas y que no "cedamos" a sus demandas ya que así reforzamos la conducta de la pataleta para obtener lo que desean. Ésto es en parte cierto (si el niño aprende que la mejor forma de conseguir algo que desea es tener un berrinche, le costará aprender formas alternativas de hacerlo) pero ello no significa que no podamos atender o consolar a nuestro hijo o hija. Quizás se entienda mejor con un ejemplo. Imagínate que estás con tu hija de 3 años en el parque y cuando le vas a dar la merienda que le has llevado se le antoja comer las chucherías que tiene otro niño. Como no accedes te "monta un número" en el parque. ¿Qué puedes hacer? Es fundamental mantenerte firme en tu decisión y, si crees que no es apropiado que meriende chucherías, dejarle claro con suavidad y firmeza, que no puedes darle lo que pide. Sin embargo, esto no es incompatible con que la abraces, la acaricies y le ayudes a calmarse. Por ejemplo, podrías probar a decirle algo como "Mamá (o papá) no te puede dar lo que estás pidiendo y entiendo que estés enfadada" La técnica del disco rayado (literalmente repetir lo mismo una y otra vez, sin alterarte) puede ayudarte con esto.
  • Una vez pasada la rabieta, ayúdale a comprender qué le ha pasado y cómo lo puede hacer la próxima vez. "Sé que estabas cansado y enfadado y por eso te has puesto a llorar. ¿Te parece si ls próxima vez me intentas avisar de que te sientes mal?" Ten paciencia y más paciencia. Los niños aprender a autoregularse poco a poco. Hasta que consiguen esta habilidad, papá y mamá son los que los regulan y ayudan a calmarse. Recuerda que no lo hace por manipularte. Simplemente necesita aprender a hacerlo.
  • Sé flexible: Entre los 2 y los 4 años los niños y niñas empiezan a construir su identidad así que es normal que te contraríen en cosas como la ropa que van a llevar hoy o el juguete que quieren sacar a la calle. Valora si puedes aceptar lo que te pide (hay poca diferencia entre llevar la camiseta verde y la azul) y, sí es así, permíteles ir tomando pequeñas decisiones, aunque no sean las que tu hubieras tomado. Así también le ayudarás a entender que, cuando dices no, es por un buen motivo.
  • Cuídate tu: Ser mamá o papá es agotador y, muchas veces, perderás los nervios. No pasa nada, cada vez lo harás mejor.  
  • Consulta con un profesional de la psicología si las rabietas de tu hijo te parecen excesivas, te sientes superado por la situación o sigue teniendo berrinches frecuentes pasados los 5 años de edad.

 


Y recuerda. Eres el mejor padre o madre que tu hijo puede tener


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